El alma tiene sed, sed de ti Señor, –dice el Salmo 62–, como tierra reseca, agostada, sin agua. Mi alma tiene sed de Dios, tiene sed de conocimientos, de pensamientos.

El Salmo 62, de David cuando estaba en el desierto de Judá: “Dios, Tú mi Dios, yo te busco, sed de Ti tiene mi alma, en pos de Ti, languidece mi carne, cual tiene seca, agotada,sin agua.

La Comisión Permanente de la CEE autorizó su publicación en su CCXLIX reunión de los días 25-26 de junio de 2019. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo" (Sal 42,3).

Con las palabras del Salmo hemos rezado: “Oh Dios, […] mi alma tiene sed de ti, por ti suspira mi carne como tierra sedienta, reseca y sin agua” (Sal 63,2).

El Papa Francisco comenzó su homilía, pronunciada en italiano, haciendo referencia al Salmo 63: “Mi alma tiene sed de Ti, por Ti suspira mi carne como tierra sedienta, reseca sin agua”.

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